Las ciudades son lugares llenos de gente y vacíos de humanidad. Nos sentimos solos y deprimidos ante tanto edificio, tantos vehículos, tanto ruido, tanta soledad. Somos muchos pero estamos solos. Pero entre tanta soledad hay Alguien que camina junto a nosotros. Que nos escucha. Nos comprende. Nos ama. Siente nuestras soledades y depresiones. Alguien lo llamó PADRE y nos invitó a que le conversáramos, le contáramos nuestras angustias y nuestras penas para que se puedan convertir en alegrías y esperanzas. Te invito a que converses on nuestro Padre Dios de una forma distinta, poco convencional, la de rezar por la calle y no en el templo, la de sentir la alegría de vivir de cada día, la de conversar con Alguien que nos escucha y ama. Alguien que es Padre. Y Amigo. Y Compañero del Camino de la Vida.

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Sunday, October 16, 2022

NO TE RINDAS NUNCA...

NO TE RINDAS NUNCA...
Una vez más, la joven maestra leyó la nota adjunta a
la hermosa planta de hiedra.

"Gracias a las semillas que usted plantó, algún
día seremos como esta hermosa planta.
Le agradecemos todo lo que ha hecho por nosotras.
Gracias por invertir tiempo en nuestras vidas".
Una amplia sonrisa iluminó el rostro de la maestra
mientras por sus mejillas corrían lágrimas de agradecimiento.
Como el único leproso que manifestó gratitud hacia
Jesús cuando fue sanado, las chicas a quienes les había dado clase en la escuela dominical, se acordaban de agradecer a su maestra.
La planta de hiedra representaba un regalo de amor.
Durante meses la maestra regó fielmente la planta en crecimiento.
Cada vez que la miraba, recordaba a esas adolescentes
especiales y eso la animaba a seguir enseñando.
Pero al cabo de un año, algo sucedió.
Las hojas empezaron a ponerse amarillas y a
caerse, todas, menos una.
Pensó en deshacerse de la hiedra, pero decidió seguir
regándola y fertilizándola.
Un día, al pasar por la cocina, la maestra vio que la planta tenía un brote nuevo.
Unos días después, apareció otra hoja, y luego otra más.
En pocos meses, la hiedra estaba otra vez convirtiéndose
en una hermosa planta. Henry Drummond dice:

"No pienses que no pasa nada, simplemente,
porque no ves tu crecimiento, o no escuchas el zumbido de los motores.
Las grandes cosas crecen silenciosamente".
Hay pocas alegría más grades que la bendición
de invertir fielmente amor y tiempo en las vidas de otras personas.
¡Nunca, nunca te des por vencido con esas plantas!


Padre Tomas Del Valle-Reyes
Descubriendo El Siglo 21
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