Las ciudades son lugares llenos de gente y vacíos de humanidad. Nos sentimos solos y deprimidos ante tanto edificio, tantos vehículos, tanto ruido, tanta soledad. Somos muchos pero estamos solos. Pero entre tanta soledad hay Alguien que camina junto a nosotros. Que nos escucha. Nos comprende. Nos ama. Siente nuestras soledades y depresiones. Alguien lo llamó PADRE y nos invitó a que le conversáramos, le contáramos nuestras angustias y nuestras penas para que se puedan convertir en alegrías y esperanzas. Te invito a que converses on nuestro Padre Dios de una forma distinta, poco convencional, la de rezar por la calle y no en el templo, la de sentir la alegría de vivir de cada día, la de conversar con Alguien que nos escucha y ama. Alguien que es Padre. Y Amigo. Y Compañero del Camino de la Vida.
Dios todopoderoso, por la muerte de Jesucristo,
tu Hijo, destruiste nuestra muerte; por su reposo en el sepulcro santificaste las sepulturas y por su gloriosa resurrección nos restituiste la vida a la inmortalidad.
Escucha nuestra oración por aquellos que muertos en Cristo y con sepultados en él, anhelan la feliz esperanza de la resurrección.
Concede, Señor de vivos y muertos,
a cuantos en la tierra te conocieron por la fe, alabarte sin fin en el cielo.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.
Descubriendo el Siglo 21
Discovering 21century
Fr Tomás Del Valle-Reyes
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