Quédate, Señor, conmigo, porque te necesito ver presente para no olvidarte, pues ya sabes con cuánta frecuencia te abandono.

Quédate, Señor, conmigo, porque Tú eres mi vida y sin Ti con frecuencia decaigo en el fervor.
Quédate, Señor, conmigo, porque Tú eres mi luz y sin Ti estoy en tinieblas. Quédate, Señor, conmigo, para que oiga tu voz y la siga.
Quédate, Señor, conmigo, para demostrarme todas tus voluntades.
Quédate, Señor, conmigo, porque deseo amarte mucho y vivir siempre en tu compañía.
Quédate, Señor, conmigo, porque todo mi ser te está consagrado y Tú me perteneces.
Quédate, Señor, conmigo, y haz de mi corazón una celda de amor de la cual nunca te alejes.
Quédate, Señor, conmigo, si quieres que te sea fiel. Quédate, Señor, conmigo, porque aunque mi alma es muy pobre, deseo que sea para Ti un lugar de consuelo, un huerto cerrado, un nido de amor.
Quédate, Señor, conmigo, y haz que tu amor me inflame tanto que me consuman sus amorosas llamas.

Se hace tarde y se viene la noche, me amenazan las tinieblas, las obscuridades, las tentaciones, las sequedades, penas, cruces, etc., y Tú me eres necesario, Jesús mío, para alentarme en esta noche de destierro.
¡Cuánta necesidad tengo de Ti!
Quédate, Señor, conmigo, porque en esta noche de la vida y de los peligros, deseo ver tu claridad.
Muéstrate a mí y haz que te conozca como tus discípulos en el partir del pan, es decir, que la unión Eucarística sea la luz que aclare mis tinieblas, la fuerza que me sostenga y la única dicha que embriague mi corazón.
Quédate, Señor, conmigo, porque cuando llegue la muerte, quiero estar junto a Ti y si no realmente por medio de la Sagrada Comunión, al menos quiero tener mi alma unida a Ti por la gracia y por un abrasado amor.
Quédate, Señor, conmigo: no te pido sentir tu adorable presencia y tus regalos divinos, pero sí te suplico tener conciencia de tu residencia en mi alma por la gracia.
Quédate, Señor, conmigo, pues a Ti sólo te busco: tu amor, tu intimidad, tu Corazón, tu espíritu y tu gracia.
Te busco por Ti mismo porque te amo; y no te pido más recompensa que amarte con solidez, amarte cuanto puedo, amarte con todo mi corazón en la tierra para seguir amándote con perfección por toda la eternidad.
Padre Tomas Del Valle-Reyes
Descubriendo El Siglo 21
P.O. BOX 1170
New York, NY 10018
212-244-4778
917-499-9715 WhatsApp only
Radiosigloxxi@aol.com
www.descubriendoelsiglo21.com/