muerte causa entre los seres queridos!
Tú, Señor, a quién los cielos, la tierra y los hombres
vieron llorar en días tristísimos;
Tú, Señor, que has llorado a impulsos del más
tierno de los cariños sobre el sepulcro de un amigo predilecto;
Tú, ¡oh Jesús! que te compadeciste del luto de un hogar
deshecho y de corazones que en él gemían sin consuelo;
Tú, Padre amantísimo, compadécete también de
nuestras lágrimas. Míralas, Señor, cómo sangre
del alma dolorida, por la pérdida de aquel que fue deudo queridísimo, amigo fiel,
cristiano fervoroso.¡Míralas, Señor, como tributo
sentido que te ofrecemos por su alma, para que la
purifiques en tu sangre preciosísima y la lleves
cuanto antes al cielo, si aún no te goza en él!
¡Míralas, Señor, para que nos des fortaleza,
paciencia, conformidad con tu divino querer en esta tremenda prueba que tortura el alma!
¡Míralas, oh dulce, oh piadosísimo Jesús!
y por ellas concédenos que los que aquí en la
tierra hemos vivido atados con los fortísimos lazos
de cariño, y ahora lloramos la ausencia momentánea del ser querido, nos reunamos de nuevo junto a Ti en el Cielo, para vivir eternamente
unidos en tu Corazón.
Amén.
Descubriendo el Siglo 21
Discovering 21century
Fr Tomás Del Valle-Reyes
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