demasiado viejo para trabajar en la finca, mientras su hijo y
el resto de la familia araban el campo para la siembra.
El hijo mira al anciano y piensa para sus adentros:
"Ya está muy viejo...
¡Todo lo que hace es comer y producirnos
gastos y molestias!
¿Qué nos puede aportar?
Lo mejor es salir ya de ese viejo estorboso."
Así pues, el hijo construye un cajón; lo
arrastra hasta el pórtico y ordena bruscamente a su padre:
"¡Padre, métete ahí dentro!"
Cuando el anciano, con paso vacilante, logra meterse
dentro de la caja, el hijo le coloca la tapa y la clava fuertemente; la monta sobre una carreta tira por dos bueyes y se encamina montaña arriba hasta un elevado peñasco.
Al llegar a la cumbre, el hijo oye unos golpes que lo llaman desde el interior de la caja y pregunta:
"¿Qué quieres, papá?"
La voz del padre responde desde el interior:
"Hijo, ya comprendo lo que estás haciendo conmigo; me vas a matar porque ya no te sirvo de nada... pero déjame darte como padre un último consejo:
-Te sugiero que me tires a mí por el despeñadero; pero conserva el cajón, porque muy probablemente tus hijos llegarán a necesitarlo dentro de unos años... "
Puedes tener muchas excusas para hacerlos a un lado,
pero hay que prestarles atención, ayuda, cariño,
en los años de vejez y durante sus enfermedades.
No podemos hacerlos a un lado, después de haber trabajado y de
cuidarnos, sus años de vejez deben ser dignos y sobretodo rodeados de amor.
La Biblia dice: Honra a tu padre y a tu madre, para que se prolonguen tus días sobre la tierra que el Señor, tu Dios, te va a dar. (Éxodo 20: 12)
Descubriendo el Siglo 21
Discovering 21century
Fr Tomás Del Valle-Reyes
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