A partir de las
DOS (2:00 PM) de la tarde,
celebraremos la
misa en honor al Divino Niño Jesús).
En la Parroquia de St. John The Baptist localizada en
213
West 30th Street, New York, NY 10001
Entre
8va y 7ma Avenidas.... (Manhattan)
Trenes: A, B, C,D, E, F Hasta la calle 34
Buses: M7, M20, M10, QM32
Si usted no puede asistir, envíenos sus peticiones en este blog, por email Radiosigloxxi@aol.com
o llamando a nuestra oficina
Rezaremos por sus intenciones.
Unidos en la Oración,
P. Tomás del Valle-Reyes
HAZ LA DIFERENCIA
Eduardo Jones, nos relata una historia maravillosa de un taxista llamado Diego.
Él Sr. Jones se encontraba en las frías calles de New York tratando de conseguir un taxi para ir al aeropuerto; en eso un taxista se le acercó Diego, el taxista, y lo primero que el Sr. Jones notó fue que el taxi estaba muy limpio y brillante.
El chofer, Diego, se veía bien vestido con una camisa blanca, corbata negra y pantalones negros bien planchados, Diego salió del auto, dio la vuelta le abrió la puerta trasera del taxi al Sr. Jones y le entrego un cartoncito laminado diciéndole:
“yo soy Diego, su chofer, mientras coloco sus maletas en el baúl, me gustaría que leyera mi misión”
El Sr. Jones leyó la tarjeta casi más por curiosidad:
Misión de Diego: "Hacer llegar a mis clientes a su destino final de la manera más rápida, segura y económica posible brindándoles un ambiente amigable".
El Sr. Jones quedó impactado, especialmente cuando se dio cuenta que el interior del taxi estaba igual que el exterior. Mientras se acomodaba detrás del volante, Diego le pregunto:
¿Le gustaría un café? Tengo unos termos con café regular y descafeinado.
Mr. Jones bromeando le dijo: “Gracias, pero yo preferiría una soda”.
Diego sonrío y dijo:
“Claro que si, aquí tengo una nevera con Coca Cola regular y dietética, agua y jugo de naranja”.
Muy sorprendido, Mr. Jones, le dijo: “
Tomaré la Coca Cola dietética”.
Muy sorprendido, Mr. Jones, le dijo: “
Tomaré la Coca Cola dietética”.
Pasándole su bebida, Diego le dijo:“Si usted desea algo para leer, tengo el Wall Street Journal, Time, Sport Illustrated y USA Today.”
Al comenzar el viaje, Diego le pasó otro cartoncito al Sr. Jones donde le indicaba las estaciones de radio por si quería escuchar música o las noticias.
Y como si esto fuera poco, Diego tenía el aire acondicionado prendido, y pregunto si la temperatura estaba bien. Luego le explicó cuál era la mejor ruta al aeropuerto a esta hora del día. También le hizo saber que estaba dispuesto a conversar con él o si prefería lo dejaba solo en sus meditaciones.
Y como si esto fuera poco, Diego tenía el aire acondicionado prendido, y pregunto si la temperatura estaba bien. Luego le explicó cuál era la mejor ruta al aeropuerto a esta hora del día. También le hizo saber que estaba dispuesto a conversar con él o si prefería lo dejaba solo en sus meditaciones.
El Sr. Jones asombrado le preguntó a Diego: ¿Siempre atiendes a tus clientes así?
Diego sonrió a través del espejo retrovisor: No, no siempre. De hecho, solamente los dos últimos dos años.
Mis primero cinco años de taxista me pase la mayor parte del tiempo quejándome igual que el resto de los taxistas.
Un día escuché en la radio un tema sobre “Desarrollo personal”, donde decía: "Tú lo obtendrás cuando creas en ello". Nos decía que si uno se levanta en la mañana esperando tener un mal día, seguro que lo tendremos. También decía, "para de quejarte", sé diferente de tu competencia. No seas un avestruz, Sé un águila.
Las Avestruces hacen bulla, se queja y esconden la cabeza, las águilas levantan vuelo y se elevan a lo más alto. Y fue tanta la impresión, hasta pensaba que se refería a mi todo el tiempo, porque siempre me quejaba de todo.
Entonces decidí cambiar mi actitud y ser un águila. Miré los taxis y sus chóferes: los taxis estaban sucios, los chóferes no eran amigables y los clientes no estaban contentos. Empecé poco a poco y cuando vi lo bien que me sentía y como los clientes respondían, todo fue mas fácil.
El Sr. Jones le dijo: Se nota, que los cambios se han servido bien. Diego le respondió: Sí, seguro que sí. Mi primer año de águila dupliqué mis ingresos comparados a los años anteriores. Este año posiblemente lo cuadruplique.
Diego era fenomenal. Estaba haciendo el servicio de una limusina en un taxi normal. Aunque Diego ha compartido esta historia con más de cincuenta taxistas, solamente dos tomaron la idea y la desarrollaron. El resto de los taxistas hacen bulla como los avestruces y siguen lamentándose o dan excusas porque no pueden hacer nada de lo que Diego les ha sugerido.
Diego el taxista, tomó una alternativa diferente. Él decidió dejar de hacer bulla como las Avestruces y volar por encima del grupo como las águilas. Y tu ¿Qué eres, águila o Avestruz?
Autor Desconocido
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