Las ciudades son lugares llenos de gente y vacíos de humanidad. Nos sentimos solos y deprimidos ante tanto edificio, tantos vehículos, tanto ruido, tanta soledad. Somos muchos pero estamos solos. Pero entre tanta soledad hay Alguien que camina junto a nosotros. Que nos escucha. Nos comprende. Nos ama. Siente nuestras soledades y depresiones. Alguien lo llamó PADRE y nos invitó a que le conversáramos, le contáramos nuestras angustias y nuestras penas para que se puedan convertir en alegrías y esperanzas. Te invito a que converses on nuestro Padre Dios de una forma distinta, poco convencional, la de rezar por la calle y no en el templo, la de sentir la alegría de vivir de cada día, la de conversar con Alguien que nos escucha y ama. Alguien que es Padre. Y Amigo. Y Compañero del Camino de la Vida.
Enséñame Oh Dios, a orar y pedir con humildad
Enséñame, oh Dios,
ese lenguaje silencioso que
lo dice todo.
Enseña a mi alma a permanecer
en silencio en tu presencia.
Que pueda adorarte en las
profundidades de mi ser
y esperar
todas las cosas de Ti,
sin pedirte nada más que
la ejecución de Tu voluntad.
Enséñame a permanecer
callado bajo Tu acción y
producir en mi alma
esa profunda
y sencilla oración que nada
dice y lo expresa todo.
Ora Tú en mí para que
mi oración tienda
siempre a Tu gloria y que mis deseos
estén siempre fijos en Ti.
Amen
Descubriendo el Siglo 21
Discovering 21century
Fr Tomás Del Valle-Reyes
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